Chus Muñoz: “Me gustaría que mis jugadoras interpretasen el momento deportivo que está viviendo el club”
Jesús Muñoz, “Chus”, lleva desde los 15 años vinculado al fútbol sala, desde que cogiera las riendas de un equipo de su colegio. Avalado por más de tres décadas de experiencia en banquillos aragoneses, es el encargado de guiar a un grupo de jugadoras que, fruto del trabajo y la ilusión, lideran con paso firme el grupo I de la Segunda División Nacional de fútbol sala femenino: Sala Zaragoza.
Este año que entra Sala Zaragoza cumple 25 años…
Sí, Sala Zaragoza nace en mayo de 1993. Creamos este club porque en ese momento no existía una solución a escuelas deportivas de fútbol sala como nosotros queríamos. Salíamos del equipo de referencia de la ciudad, que era Pinturas Lepanto, y no se estaba trabajando con la base. Los que éramos responsables de la estructura base de ese equipo creamos Sala Zaragoza.
No nace como un equipo de fútbol sala femenino, ¿a partir de qué año empiezan las chicas a ser el referente?
No, se crea como una escuela de formación. Llegamos a ser el segundo equipo de Aragón, detrás del actual Sala 10, pero competir en División de Plata masculino costaba unos 120.000 euros. Solo ese equipo, sin ninguna subvención y ninguna ayuda, únicamente con el respaldo económico del club. Se convirtió en algo inviable, un presupuesto de esa magnitud sin ningún apoyo institucional y sin retorno claro con algún patrocinador. El club decidió retirar todos los equipos que no eran autofinanciables y autogestionables. Esa temporada el equipo femenino en 1ª Autonómica ganó la liga y por lo tanto la plaza en Segunda División Nacional femenina. El presupuesto de la plata femenina era mucho más asequible y lo hicimos autofinanciable. Hace siete temporadas de ello.
Llegando a la actualidad, 2017 ha sido un buen año en lo deportivo para Sala Zaragoza…
Sí, pero aunque parezca mentira es un año de transición. El club hace tiempo que pretende profesionalizar la entidad por varios sectores, entre ellos el deportivo y en este momento tenemos tres jugadoras profesionales. No por ello le quitamos más mérito a que durante todo un año natural se haya perdido un solo partido de competición oficial, que corresponde a la temporada anterior, pero yo lo veo como un hecho asociable a la propia transición. ¿Por qué? Porque se están haciendo las cosas dirigidas a crear en un futuro un método de trabajo y una forma de actuar de la entidad que se está consolidando este año con las victorias.
¿En qué se diferencia este Sala Zaragoza al de la temporada anterior?
Nosotros tenemos dos jugadoras franquicia ahora mismo. Como le digo a mi plantilla, no son ellas las que nos van a hacer ganar la competición o ascender. Rapha y Sarah nos van a dar la oportunidad de que, si las jugadoras de la casa se mantienen en la línea que tienen que estar, el equipo tenga muchas opciones de ascender. Pero ellas nos van a dar la posibilidad, no el hecho de que se ascienda. Rapha está mucho más asentada, no está jugando en la línea de finalización, sino en la de creación y sigue haciendo muchísimos goles. Sarah, que es buenísima, nos da una consistencia al grupo brutal. Eso, unido al resto de jugadoras que te aportan juventud, experiencia, consistencia defensiva, dos porteras a un gran nivel… el equipo está muy compensado.
11 victorias, 3 empates y ninguna derrota. ¿Qué “pero” se le puede poner a la primera vuelta de la temporada?
Hemos perdido seis puntos que nunca deberíamos haber perdido. En Bilbao fallamos muchas ocasiones, Red Star’s e Intersala se atragantan… Fallar tantas opciones de gol se paga caro. Es muy difícil ganar todos los partidos en una temporada, pero el equipo no debe dejarse esos puntos. A pesar de no haber perdido los partidos, para mi esos seis puntos nos pesan. Fíjate si te ves en la clasificación con esos seis puntos más…
¿Por qué cuesta tanto sacar adelante los partidos contra los equipos aragoneses?
Es muy sencillo. El objetivo de estos equipos a principio de temporada siempre es ganar los duelos aragoneses. En este caso, ganar a Sala Zaragoza, que es el equipo que está ahora como referencia arriba. Es una motivación extra, es como cuando juegas en el campo del Madrid o el Barcelona, son puntos con los que no cuentas y todo lo que saques es bienvenido. Luego hay mucha rivalidad, son partidos que juegan con un plus de intensidad y si se te atragantan pasa lo que pasa. Hay que seguir trabajando, mirando hacia delante, no solo basta con hacerlo mejor que ellas, sino que hay que marcar más goles que ellas.
Se leen dos cosas de Sala Zaragoza. La primera, que dependen de las jugadoras brasileñas.
Que las brasileñas nos dan un plus es evidente. Hemos fichado bien y ellas se han postulado muy bien del lado que el entrenador quiere que jueguen. Están muy por encima de cualquier jugadora de la categoría. Claro que ganaríamos partidos, pero la consistencia y profundidad que nos aportan es evidente.
La segunda, que Sala Zaragoza es el presupuesto más alto de la categoría.
Eso yo no lo sé. Yo sé cómo cuadrar mi presupuesto. Nosotros cumplimos con nuestras responsabilidades, las jugadoras profesionales tienen su contrato en vigor, con su seguridad social… Esos costes seguramente no lo tienen otros equipos. Pero no sé qué presupuesto tienen, yo sé lo que manejamos nosotros. El club hace muchas cosas, lo que permite generar ingresos y con eso se cubre el proyecto deportivo. Lo que te puedo garantizar es que si somos el presupuesto más alto de la competición no será porque malgastemos un solo céntimo.
A principio de temporada Chus Muñoz no quería hablar de objetivos, ¿cambia ese discurso ahora?
Para nada. Nuestro único objetivo es que entrenamos el martes que viene y el jueves jugamos un amistoso con la selección aragonesa sub-21, que nos dará el punto de intensidad de la semana. La siguiente ya es previa de partido y hay que pensar en que tenemos que ir a Castro Urdiales, que el año pasado nos costó mucho y, de hecho, se perdieron dos puntos allí. Aunque esta temporada no atraviesan buen momento de resultados, siempre es un partido complicado. Y la próxima jornada, por los enfrentamientos directos que hay, es un partido muy importante para afrontar la segunda vuelta.
¿No considerarías un fracaso no acabar la temporada arriba dada la situación actual del equipo?
No nos volvamos locos. Le llevamos un punto al segundo y hay que ir a Pamplona. Sí, hemos hecho cosas importantes en lo que va de liga, como ganar los seis puntos en Ferrol, pero nos queda toda la segunda vuelta. A pesar de no haber perdido todavía ningún partido, habrá que ver como afrontamos los partidos en Rioja, Pamplona, Santo Domingo de la Calzada… ¿El 90% de la liga pasa por La Granja? Sí, pero los puntos de Castro Urdiales valen lo mismo que cualquiera.
Los rivales no pierden ritmo y siguen la estela del líder…
Llevamos cinco puntos sobre Bilbo, cuatro sobre Valdetires y uno sobre Txantrea. Estuve viendo la semana pasada el Txantrea-Intersala y, más que ganarlo las navarras, lo pierde Intersala. Es un buen equipo, consistente, pero a mi juicio le va a costar sacar adelante todos los partidos. Me parecen mejor equipo Bilbo o Valdetires, a pesar de que creo que, por desplazamientos, Txantrea va a terminar por encima de ellos.
Para terminar, ¿qué mensaje te gustaría enviar al vestuario para el nuevo año?
Pediría al 2018 que el mensaje que quiero mandar al vestuario cale en él. Me gustaría que, independientemente de las peculiaridades y singularidades de todas las personas que estamos en el vestuario, mis jugadoras interpretasen el momento deportivo que está viviendo el club. Que sean conscientes del rol que en cada momento tienen que adoptar, porque no siempre es el mismo a lo largo de la temporada. Me gustaría que existiese cohesión en el grupo. Este año he decidido quedarme al margen, permanecer aséptico a lo que pasa en el vestuario, porque pienso que ellas deben ser capaces por si solas de tener una cohesión mayor. No mirar primero a sí mismas antes que al grupo. Pido sensibilización, trabajo, pelear por el mismo objetivo que buscamos todos, aumentar el compromiso, ganas de competir, y la tolerancia necesaria para esquivar situaciones tóxicas que se generan durante entrenamientos y partidos. Con eso me quedo más que satisfecho.